Mujeres occidentales aceptando el Islam

A pesar de la negativa y viciosa campaña mediática contra el Islam, que es casi siempre motivada por intereses geopolíticos,

A pesar de la negativa y viciosa campaña mediática contra el Islam, que es casi siempre motivada por intereses geopolíticos, la revista inglesa The Daily Mail, reportó el 2 de diciembre de 1993 (p.39) que se estima un aproximado de 20 mil ingleses que han aceptado al Islam como religión, de los cuales la mayoría eran mujeres de clase media. ¿Cómo puede ser esto posible si los medios de comunicación martillan continuamente con que el Islam es una religión machista que somete a la mujer? Una mujer conversa afirma:

“Abrazar al Islam me ha cambiado la vida, me ha traído inmensa paz y felicidad… No considero que he vuelto hacia atrás, por el contrario, me he liberado

Otra mujer conversa, quien es una escritora e hija de un inspector de una planta nuclear, dice en relación al uso del velo y la segregación en el Islam:

“Vemos una retórica contradictoria en Occidente referente a la mujer, la cual es incentivada a verse sexy, pero la condena cuando le provoca demasiado al hombre y termina violada. El velo islámico que usa la mujer es un claro indicativo que ella no debe exhibirse

Cuando Sisly Catholy, una mujer australiana que abrazó el Islam junto a su hija, fue preguntada por qué adoptó a esta religión, ella dijo:

“Primero que nada yo argumento que ya era musulmana en mi ser interior, sin saberlo. Yo perdí mi fe en el Cristianismo desde pequeña por varias razones. Posiblemente la principal razón es porque cada vez que preguntaba a alguien acerca de algo relacionado con la fe, me respondían, sea del clero o no, que es un dogma y hay que creerlo. A ese tiempo yo había sido influenciada y creía que el Islam es una mofa. Pero cuando me puse a leer sobre esta religión, todos mis malos conceptos sobre ésta se desvanecieron. No pasó mucho tiempo hasta que me relacioné con musulmanes y les comencé a preguntar cosas. Ahí fue cuando dejaron de existir barreras que me separaban de abrazar al Islam. Todas las preguntas que hacía recibían una respuesta muy convincente, lo contrario de lo que solía escuchar del Cristianismo. Pasé un tiempo más estudiando a esta religión y luego decidimos con mi hija entrar al Islam, adoptando los nombres islámicos de Rashida y Mahmuda.

Lady Avenin Zainab Cophand habla acerca de haber abrazado al Islam y cuenta:

“A medida que mis estudios y lectura sobre el Islam aumentaban, mi certeza de que es una religión muy singular y distinta a las demás también aumentaba. Llegué a la convicción de que es una religión muy práctica y con todo lo necesario para encaminar a la humanidad a la felicidad y la paz. No dudé de que Dios, Al-lah Altísimo, sea uno solo y de que Moisés, Jesús y Mohammad -la paz sean con ellos- fueron profetas de Él que recibieron revelación divina. Yo ya aceptaba de que nosotros no nacimos con un pecado original, y que nadie tuvo que morir para llevarse nuestros pecados, o para mediar entre nosotros y el Creador… esta religión tampoco tiene credos y dogmas complejos

La escritora y pensadora Margaret Marcus, judía americana que abrazó el Islam, explica la lógica detrás de su conversión a pesar de ser criada en un medio secular con cimientos de la fe judía:

“Yo no abracé al Islam por motivo de algún resentimiento o rechazo a mi gente o herencia ancestral, sino por deseo a alcanzar o completar un anhelo. Revertirme a esta religión significó la transición de una fe moribunda y cerrada a otra dinámica y revolucionaria, que busca establecerse como algo universal”.

Cada mujer que ha decidido adoptar al Islam como su religión, ha tenido que pasar por una serie de obstáculos hasta lograr tal objetivo y someterse a Dios. Amira, una chica americana del estado de Arkansas, es una de ellas y nos cuenta en sus palabras:

“Nací en un hogar cristiano de Arkansas, EE.UU., en donde adquirí mi crianza y educación; es por eso que algunos de mis amigos árabes me identifican como una ‘americana blanca’, pero -gracias a Al-lah- en el Islam no existe el color de piel ni el racismo o nacionalismo.

La primera vez que yo vi a un musulmán fue en la Universidad de Arkansas. No podía creer en la forma en que se vestían las mujeres musulmanas, tapándose el cabello con un velo… pero con todo lo extraño que era para mí, movida por mi curiosidad, me presenté a una chica musulmana que asistía a una de mis clases en la primera oportunidad que tuve. Fue un encuentro que cambió el curso de mi vida. Nunca olvidaré a esa chica, Yasmín, de Palestina. Me solía sentar por horas a escucharla hablar de su país, de su cultura, familia y amigos que los quería mucho, pero sobre todo de su religión, el Islam, que ella tanto amaba. Yasmín tenía una paz interna que nunca llegué a ver en nadie más. Ella me contaba historias de los profetas, me hablaba de la unicidad de Al-lah -alabado sea su recuerdo-, y ahí fue cuando aprendí que ellos no adoraban otro dios diferente, sino que su nombre en el idioma árabe es ‘Al-lah’. Todo lo que ella me decía me sonaba tan puro y lógico.”

En un reporte para la asociación Christian Science Monitor, el autor Peter Ford escribe bajo el título: “¿Por qué muchas mujeres europeas aceptan el Islam?” acerca de la razón que da una mujer francesa para entrar en esta religión:

“El Islam exige una cercanía con Dios. El Islam es una religión bastante simple pero rigurosa en ciertas cosas, muy explícita. Yo buscaba un marco, un sendero bien trazado… el hombre necesita reglamentos a seguir para su comportamiento. El Cristianismo no me daba ese tipo de marcaciones o puntos de referencia para mi andar”

La catedrática Haifa Jawád de la Universidad de Birminghan menciona también algunas de las razones que motivan a la mujer europea a entrar al Islam:

a. Es una respuesta de muchas mujeres hacia la incertidumbre moral que vive la sociedad Occidental.b. Les atrae mucho el sentimiento de protección, pertenencia y cariño que ofrece el Islam

Karin van Nieuwkerk, quien ha estudiado el caso de muchas mujeres alemanas que han abrazado al Islam, dice: “hay más espacio para la familia y el cumplimiento de la maternidad en el Islam, y la mujer no es un objeto sexual”.

Sarah Joseph, una mujer inglesa conversa al Islam, arguye diciendo: “La idea de que toda mujer que entra al Islam está únicamente buscando una vida que le brinde protección de los excesos del estilo de la vida occidental no es tan exacta”