Las mujeres en la Edad Contemporánea
La prolífera autora americana, Maryam Jameelah, recuenta en uno de sus libros que los pioneros del movimiento de la ‘emancipación femenina’ no fueron sino los pensadores Marx y Engel; fundadores del Comunismo moderno, que por cierto probó ser un nefasto sistema de vida.
La prolífera autora americana, Maryam Jameelah, recuenta en uno de sus libros que los pioneros del movimiento de la ‘emancipación femenina’ no fueron sino los pensadores Marx y Engel; fundadores del Comunismo moderno, que por cierto probó ser un nefasto sistema de vida. En su manifiesto del Comunismo (1948) declaraban al matrimonio, a la familia y al hogar como una especie de maldición que ha esclavizado a la mujer indefinidamente, por tanto veían indispensable ‘liberarla’ de esa forma de ‘esclavitud doméstica’ para que logre alcanzar su independencia económica a través de emplearse a tiempo completo en la era industrial. Al parecer, afirma la autora, el verdadero propósito de estos ‘campeones de la liberación’, así como el otros defensores, era poder adjudicar a la mujer la suficiente libertad para lograr corromperla y poder hacerla un juguete sexual; usando estrategias progresivas desde la educación mixta, empleos fuera de su hogar junto a hombres, labores sociales mixtos, darle atuendos cortos y escotados, incluirla en reuniones donde se bebe licor, se droga, baila, etcétera54, se multiplicó el uso de anticonceptivos, esterilizantes y el aborto para evitar embarazos no deseados. Ese es el peso de la ‘liberación femenina’ que la mujer debió cargar, muchas familias se han roto, muchos niños rechazados, abusados, la moral ha perdido su valor ante la gente.
Varios intelectuales preocupados por esta realidad han criticado abiertamente el exceso de libertad personal, la cual ha acarreado mucho daño a nuestra sociedad, y a la humanidad en general, de entre ellos tenemos a Max Lerner, un gran exponente de historia americana y columnista de editoriales. En un artículo de la revista Reader’s Digest de abril 1968, expresó su gran preocupación por los cambios tan dramáticos y negativos que trajo la libertad personal. Escribió:
“Vivimos en una sociedad babilónica… se hace muchoénfasis en los sentidos, en liberar la sexualidad. Todos los viejos códigos (éticos) se han roto. No ha sido hace mucho tiempo atrás que la iglesia, el gobierno, la familia y la comunidad dictaban lo que se podía o no expresar en público. Pero ahora estas instituciones han sido pisoteadas por masas de gente que demandan ver y escuchar todo.
En todo el país de los Estados Unidos, grandes audiencias se amontonan en cines y teatros para ver los múltiplos orgasmos de una joven actriz sueca parcialmente vestida en la película “I a Woman”. El director italiano, Michelangelo Antonioni, rompe todo tabú sobre la completa desnudez con su estreno “Blowup”. En Barbarella, una película cuyo tema central son las incontables seducciones de una heroína de una historieta francesa, Jane Fonda salta de una escena de desnudez a otra, celebrando la vida erótica. La obra cinematográfica Portrait of Jason, es un recuento de la historia del alma torcida de un gay afroamericano que se prostituye. Es una obra que condensa en menos de dos horas todo el lenguaje soez y sitios indecentes que ahora casi toda película americana independiente los muestra de la forma más libre. El teólogo jesuita Walter J. Ong dijo: “vamos a tener que vivir con un nivel de libertad nunca antes visto
En la siguiente parte de este libro voy a resumir las consecuencias que el ilimitado liberalismo contemporáneo ha tenido sobre la familia, la sociedad y el mundo en general.
1.La infidelidad
Las relaciones extramaritales forman ahora parte de la libertad individual en la mayoría de los países de Occidente y sociedades occidentalizadas, la fidelidad en los matrimonios actuales se ha convertido en algo casi utópico. Esta conducta inmoral ha causado muchos problemas en la sociedad; crecientes niveles de aborto, niños que nacen sin hogar formado, traumas psicológicos que afectan a diferentes miembros de la familia, uno de los factores que inciden en estas prácticas promiscuas es que el número de mujeres difiere al de hombres en la mayoría de estos países.
De acuerdo con las estadísticas de The National Opinion Research Center de 1995, el 25% de hombres estadounidenses casados habían conseguido otra pareja (de una a seis) además de su esposa en los últimos doce meses, durante un período similar, el 15% de las mujeres casadas de ese país tenían otra pareja (de una a seis) aparte de sus esposos. El hombre norteamericano llega a tener durante su vida un promedio de seis parejas sexuales
El caso Clinton-Lewinsky podrá suceder con gente ordinaria, pero no se espera algo así del presidente del país más poderoso del mundo. Todo ese drama de actos indecentes y excesivos que envolvieron a ese escándalo obligaba a los padres a mantener a sus hijos lejos de las televisiones y lejos de escuchar tales acontecimientos vergonzosos e inmorales. Esto sucede en una sociedad que necesita valores familiares, conducta ética y moral, donde enfermedades infectocontagiosas son una verdadera amenaza. Pero ¿cuál es la razón? La respuesta es sencilla:
tales circunstancias sociales son comunes en sociedades que han perdido los valores Divinos y la moral revelada, los cuales ayudan a mantener la delicada relación de una pareja. Se espera que la infidelidad, y toda carencia de castidad, sea la norma general en sociedades que perciben a la decencia, castidad y pudor como signos de retroceso o características anormales. El centro de estudios antes mencionado realizó encuestas a 60.201 mujeres entre enero y octubre de 1995, a pedido de la institución National Survey of Family Growth, y encontraron que sólo el 10.5% de las mujeres encuestadas no tenían otras parejas fuera del matrimonio. El 89.5% restante sí lo tenían