CAPITULO II Universalidad y tolerancia
Cualquier sistema, que afirma la universalidad, debe tener tolerancia hacia otras prácticas culturales y religiosas como un principio no negociable.
Si hay un atributo único que tiene nuestro mundo, es la diversidad tanto en la cultura como la fe. Por lo tanto, cualquier sistema, que afirma la universalidad, debe tener tolerancia hacia otras prácticas culturales y religiosas como un principio no negociable.
En esta sección del libro, habrá un enfoque sobre el principio de la tolerancia basada en la evidencia histórica extraída de las prácticas de varias religiones e ideologías en comparación con el islam.
Desde la sección anterior revelé la base exclusiva de la intolerancia judía, ahora voy a empezar con el cristianismo, que algunos creen que manifiesta la amabilidad y gentileza de Jesús (Que Dios lo bendiga). Pero cuando aplicamos un examen histórico, la conclusión es totalmente la opuesta. Independientemente de las enseñanzas del cristianismo y el judaísmo que se iniciaron de la mano de los más tolerantes entre las personas, los profetas de Al-lah, mucho ha surgido que nunca podría ser parte de sus enseñanzas, sino que ha sido agregado con el pasar el tiempo.
1.Comportamiento de los cruzados en Palestina
Veamos lo que los cruzados cristianos hicieron a los musulmanes cuando libraron guerras contra ellos y cuando ocuparon Jerusalén. Estas guerras fueron conocidas como las guerras santas, que se llevaron a cabo con la bendición del Papa y bajo la bandera de los líderes religiosos cristianos.
A pesar de que Jerusalén fue rodeada por más de un mes, sus habitantes se resistieron a la invasión de los cruzados valientemente. Cuando los cruzados ganaron, se lanzaron a través de las calles, matando, destruyendo y quemando todo lo que encontraban a su paso. Ellos no hicieron distinción entre hombres, mujeres o niños.
La matanza se prolongó durante toda la noche. El viernes 15 de junio de 1099, los cruzados tomaron por asalto las puertas de la mezquita de Al-Aqsa y mataron a todos los que habían buscado refugio en su interior. Ibn Al-Atheer describe la matanza en su libro Al-Kamil de la siguiente manera: Los cruzados mataron a más de 70 mil personas. Algunos de los que murieron eran eruditos musulmanes, que dejaron sus países para vivir cerca de los lugares sagrados. Robaron más de 40 faroles de plata de la roca sagrada, cada uno con un valor de al menos 3600 (Dirhams de plata).
En su libro, la civilización árabe, el histórico francés, Gustave Le Bon describe la entrada de los cruzados en Jerusalén, diciendo:
El comportamiento de los Cruzados, cuando entraron en Jerusalén, fue bastante diferente al del tolerante Califa Omar bin Al-Jatab hacia los cristianos cuando entró en la ciudad unos pocos siglos antes
A su vez, el cura de Bolol City, Raymond Dagile, describe este incidente en la historia diciendo:
Lo que pasó entre los árabes cuando nuestra gente [los cristianos] conquistaron paredes y torres de Jerusalén fue muy desconcertante; algunos de ellos [los musulmanes] fueron decapitados, otros fueron apuñalados, otros fueron quemados vivos, por lo que se vieron obligados a tirarse por las paredes, por lo que no podía haber nada en los caminos de Jerusalén excepto las cabezas, piernas y manos de los árabes, así que no podíamos evitar caminar entre cadáveres y esto sólo fue una muestra de lo que ocurrió
Jalid Toutah y Bolous Shehadeh (escritores cristianos) relataron esa matanza, declarando que:
Lo que los cruzados hicieron en el lugar donde Jesús fue crucificado y enterrado (de acuerdo con la Biblia cristiana) es realmente vergonzoso y pecaminoso. Jesús enseñó a sus discípulos a amar a sus enemigos; pero los cruzados, cuyo ideal era la Santa Cruz, mataron a mujeres, niños y personas de edad avanzada. Incluso aquellos que escaparon a Aqsaa fueron seguidos por Godephry que era conocido como el protector de la Santa Tumba, y quien cuando estaba en Java para luchar contra los egipcios, se enfermó y pidió a sus seguidores que lo llevaran de regreso a Jerusalén, donde murió. Fue enterrado en la Iglesia de la Natividad
Por desgracia la cruzada no es una cosa del pasado, como algunos podrían pensar.
Continuó con muchas personalidades influyentes cristianas de la actualidad. Aunque muchos cristianos lo consideran de una manera positiva, judíos y musulmanes, por el contrario, mantienen recuerdos muy amargos sobre su historia sangrienta. Los misioneros cristianos del pasado y el presente ven su trabajo de seducir a la gente a convertirse, como una cruzada.
Los políticos ven su política de doble rasero contra otras naciones como una cruzada. En otras palabras, tolerar a los demás no es parte de la agenda cristiana. No es justo negar las enseñanzas originales de los profetas (que Dios los bendiga), ellos enseñaron la tolerancia y la practicaron;
trajeron guía y luz. Sin embargo, las graves distorsiones de sus enseñanzas dieron lugar a las cruzadas, la inquisición, la esclavitud, la discriminación, la colonización y a tratar a las personas con un doble rasero
¡En el nombre de Al-lah, el Compasivo, el Misericordioso! Este es lo que el Siervo de Dios, Omar, emir de los creyentes, dio a los habitantes de Elia relativa a la seguridad de sus propiedades, dinero, iglesias, etc. Sus iglesias no deben ser demolidas. Ellos no deben ser dañados u obligados a aceptar una religión en contra de su voluntad. Esto debe ser garantizado por Al-lah y Su Profeta (PB), y supervisado por el califa y todos los musulmanes siempre y cuando la otra parte se adhiera a él y le paga el impuesto de Jezyah.De hecho, Omar fue el primero en liberar Jerusalén de la ocupación romana.